viernes, 23 de enero de 2009

¿Será depresión o nos quedaremos en recesión?


Uno de los debates actuales gira en torno a la gravedad de la crisis financiera y económica internacional. Un hecho que es irrefutable es que conforme pasan los meses las previsiones de los diferentes organismos internacionales, son actualizadas sistemáticamente, dibujando un horizonte cada vez más lúgubre. ¿Pero hasta donde llegaremos? ¿La depresión será un hecho cierto en los trimestres venideros? ¿La acción de los gobiernos evitará que el crecimiento se deteriore de forma mucho más acentuada?

Antes de comentar las diferentes posiciones precisemos la terminología:

Crisis:

Es un término vago sin una significación clara en economía, significando que la situación económica es negativa.

Recesión: en este caso hay dos definiciones;

1.- La utilizada en la prensa económica, la cual se define como la existencia de dos trimestres (crecimiento en términos intertrimestrales, es decir, un trimestre en relación al anterior) con crecimiento económico negativo.

2.- La definición académica, en la que se establece el nivel máximo de producción (pico) y el mínimo (valle), el periodo de tiempo comprendido entre el pico y el valle es lo que se denomina recesión, mientras el comprendido entre el valle y el pico corresponde a la expansión. Esta es la metodología que establece el NBER (Nacional Boureau of Economic Research) para establecer el momento en que la economía estadounidense entra en recesión. Las series utilizadas son de periodicidad mensual incluyendo además del PIB, el empleo, producción industrial, ventas al por menor y ingreso real. Según este criterio la economía estadounidense alcanzo un pico en diciembre del 2007 y por tanto, a partir de ese momento entro en recesión.

Depresión:

Antes de la gran depresión de principios de los años 30 en EEUU, las crisis económicas se denominaban depresiones, a partir de entonces, al objeto de diferenciarla de tan aciago episodio, se utilizo el término recesión, reservando el vocablo depresión para las recesiones severas. No hay un criterio unánimemente aceptado, pero se ha establecido cierto consenso en aceptar que una depresión supone una caída del PIB de más del 10% o según otros economistas una caída del PIB durante más de tres años.

Los episodios depresivos en las economías ricas son bastante atípicos de hecho desde la gran depresión que supuso una caída del PIB del 30% entre 1929 y 1933, pocos países han registrado caídas superiores al 10%, entre los que habría que destacar a Alemania y Japón han en la segunda guerra mundial a partir de 1944 (del 50% de hecho) y a Rusia con una caída superior al 40%. Los países pobres como podemos observar en la tabla, se han visto sujetos a más episodios depresivos.

Una vez establecida la taxonomía de lo que se entiende por los diferentes términos que hacen referencia a la evolución cíclica de la economía, se presenta un debate en relación a la gravedad de la crisis actual.

Lo primero que quiero resaltar es la incapacidad de predecir el futuro económico, independientemente de lo bien informado que se este, de las herramientas y modelos que se utilicen es muy reducido, dada la complejidad e imposibilidad de predecir lo que en la terminología de Nassim Taleb son los llamados cisnes negros (acontecimientos que no se pueden prever, con un gran impacto en la economía y que a posteriori se le da una explicación que alcanza un satisfactorio grado de consenso, lo que no significa que sea la adecuada). En una conversación sobre la crisis con el profesor Juan Nave, me transmitía una posición semejante, al afirmar que el objetivo y tarea que principal de un economista no es la predicción, sino diagnosticar y aplicar la terapia adecuada para que la economía alcance el desempeño deseado.

No obstante es cierto que una de las preguntas y debates actuales gira en torno a la prospectiva en relación a cual será el alcance y la gravedad de la crisis actual. Expresado en la terminología definida anteriormente ¿El PIB llegara a caer tanto como para definir un escenario de depresión? ¿La crisis tendrá forma de V, U o L? Con la información actual y las teorías disponibles y opiniones de reputados economistas voy a intentar elucubrar una respuesta, partiendo de la base de que probablemente sea errónea, por lo comentado anteriormente (imposibilidad de predecir el futuro por la complejidad de los factores involucrados y la existencia de significativos cisnes negros).

En la situación actual es necesario recordar al vigente economista americano Hyman Minsky. Afirmaba que los ciclos económicos tienen su origen en la fragilidad intrínseca de los mercados financieros, argumentando que la génesis de la euforia especulativa se encuentra en periodos de crecimiento económico, al generarse flujos de caja superiores a los necesarios para amortizar las deudas, los agentes económicos terminan endeudándose por encima de sus posibilidades, generándose burbujas especulativas, que terminan por causar una crisis financiera, lo que conlleva que las entidades financieras restrinjan el crédito incluso para financiar a unidades de producción o consumo solventes, lo que afecta a la economía real. Ciertamente es una descripción bastante fidedigna de lo que está sucediendo en la mayoría de los países, localizándose las burbujas en los mercados bursátiles y/o financieros.

En opinión de Saul Estake, las recesiones tienen su origen en políticas monetarias demasiado restrictivas, mientras que la génesis de las depresiones se encuentra en el proceso descrito anteriormente, por la generación de burbujas.

Otros economistas también presentan una opinión similar, en el sentido de que las crisis motivadas por un exceso de apalancamiento, la generación de burbujas y crisis del sistema financiero suponen recuperaciones más costosas y caídas de renta más acusadas, entre ellos podemos destacar a García-Montalvo y a Joseph Stiglitz.

Mi opinión es coincidente (aunque como he comentado en los párrafos precedentes es posible que acontezca algún cisne negro y el razonamiento anterior no se sostenga, por motivos que actualmente desconocemos), en este gráfico podemos observar el incremento tan espectacular del endeudamiento en relación a la economía real. Hasta la década de los 80, la evolución es similar, pero a partir de entonces se produce un desacople muy significativo, llegando el índice de la deuda a prácticamente triplicar el índice del PIB nominal.
La conclusión es que la recesión es probable que sea muy severa ya que el grado de apalancamiento ha sido mucho más elevado que en periodos precedentes, por lo que el impacto sobre la reducción en el consumo e inversión, derivados del proceso de reducción del nivel de apalancamiento, será asimismo más elevado.

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